Jerusalem Post, 19 de abril 2012
* Eduardo Eurnekian y Baruj Tenembaum
Yom Hashoah es un triste día de reflexión. Nuestros pensamientos y nuestros más intímos sentimientos están con los millones de víctimas de la máquina de exterminio nazi. Esto es natural y comprensible.
Pero menos lo es el hecho que hayamos fallado en la creación de una memoria colectiva con respecto al resultado final de aquellos héroes, mujeres y hombres que arriesgaran sus vidas para salvar a otros. No solo las casi 25.000 personas reconocidas como Justas ante las Naciones, sino también las decenas de miles de salvadores que permanecieron anónimos, o bien que no pudieron optar al reconocimiento oficial por ser judíos. Por "salvadores judíos" no nos referimos al caso trivial de una madre judía que salvara a su hijo, sino que estamos hablando de un considerable número de judíos que se arriesgaran sobremanera para salvar a sus hermanas y hermanos.
Ciertamente, es absolutamente razonable que el Estado Judío rinda homenaje a aquellos Gentiles que salvaran judíos durante la Shoá, pero inevitablemente, esto creó una discriminación. Por ello, hemos de crear un día en el que se celebren las hazañas de todos aquellos que salvaran judíos, no solo durante el Holocausto, sino en el transcurso de la historia. Esto serviría de precedente en el mundo para la institución de un Día Universal de Salvadores, dedicado a aquellos salvadores que salvaran gente de todas las religiones y nacionalidades.
La historia judía está repleta de trágicos sucesos (tal como el "17 de tamuz" "9 de av"**). El ejercicio de memoria de momentos tristes es importante pero asimismo hay que resaltar el lado positivo.
Sabemos que esto no es fácil, pero desde la experiencia adquirida al frente de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, tras décadas implementando programas educativos, sabemos que es un hecho que las jóvenes generaciones buscan modelos, y qué mejor modelo que el de aquellos que estuvieron dispuestos a sacrifar sus vidas para salvar a otros ?
¿No es triste que todo el mundo sepa quienes eran Hitler, Himmler o Eichmann? ¿Pero quienes saben de las decenas de miles de salvadores ?
Nos sentimos orgullosos de llevar el nombre de Raoul Wallenberg, el joven diplomático sueco quien, en menos de nueve meses, de julio 1944 a enero de 1945, fue capaz de salvar a decenas de miles de judíos húngaros. Pero triste es el hecho que él, quien salvara a tantos, se convirtió en víctima de la opresión. El 17 de enero de 1945 fue encarcelado por los soviéticos, y tanto su destino como dónde se encuentra son un misterio hasta hoy. El, que salvara a tantos, no pudo ser salvado.
Otros héroes actuaron durante largos periodos, algunos asimismo pagaron con sus propias vidas, pero contrariaremente a Wallenberg, cayeron en el olvido. Todos ellos marcaron una gran diferencia.
El Estado de Israel celebra el Día de la Independencia inmediatamente después de recordar a los sodados caídos, marcando así que la construcción de la nación se debe a estos mártires. Tristeza y alegría están casi entrelazadas. Asimismo, Yom Hashoá, que recuerda las víctimas y las atrocidades perpetradas por los nazis y sus colaboradores, tendría que estar seguido por un Día de los Salvadores, que conmemorara el legado de los héroes que representan la luz en medio de las tinieblas, independientemente de su religión, nacionalidad u origen.
Recordar las tragedias es importante. Recordar a los salvadores es imperativo.
*Los autores son respectivamente presidente y fundador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg.
** fecha de la destrucción del Templo de Jerusalem, día de luto
http://www.jpost.com/Opinion/Op-EdContributors/Article.aspx?id=266598
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